martes, 26 de septiembre de 2017
Ajuste de cuentas entre España y Cataluña
Hay cuentas que no se pueden hacer con números. ¿Cómo restar las lágrimas y el sudor con el que han crecido unos territorios y menguado, cuando no han quedado anegados, yermos o vacíos, otros muchos? ¿Cómo sumar el amor y los sueños de tantas generaciones desahuciadas que nos han legado su dignidad? ¿Cómo multiplicar la solidaridad, la empatía y la comprensión y no dividirnos más?
El 1-O es un partido amañado por Puigdemont y Rajoy: se están cargando la democracia o lo que quedaba de esta democracia. En el escenario del 2-O pierde de nuevo, otra vez, la ciudadanía, en España y en Catalunya. El uso de la fuerza es un mal camino.
Los errores del Govern no justifican que el Estado se pase de la delgada raya de la legalidad. El choque de trenes que tanto ansían P. y R. tendrá daños colaterales muy graves en los derechos y libertades. Urge una solución política, que Rajoy no va a facilitar.
Nos asombramos de que la extrema derecha entre el parlamento alemán mientras nos parece normal que el problema de Cataluña se ponga en manos de la Guardia Civil. O nos alegramos de que unos políticos, erráticos, sean detenidos. No en mi nombre. Los conflictos se resuelven con mesas de negociación, no echando leña al fuego. Ya bastantes bosques tenemos quemados.
martes, 18 de julio de 2017
Pregón para las fiestas del Carmen en Cea
Vecinas
y vecinos de Cea, veraneantes, amigos y amigas:
Vengo
contenta a pregonar vuestras fiestas del Carmen.
Vengo
agradecida porque me hagáis partícipe de fechas tan señaladas: los
festejos de verano más populares de estos contornos austeros,
abrazados por el río Cea y las más humildes aguas del Valderaduey.
Y
vengo alegre por recalar en esta villa anclada en milenarias raíces,
capital de los vacceos, que tuvo sus frutos más prósperos durante
el Medievo, como torre vigía de los confines orientales del Reino de
León.
Contenta,
especialmente, por ver que todavía hoy, en este tiempo en que avanza
el pesimismo de la España vacía, aquí aún se labran los campos,
conserváis uno de los mejores pulmones de la provincia, y que sea
por mucho tiempo, el monte del Ríocamba, y habéis sabido sacar
partido al viento.
Cea,
me informan, en lo que más destaca es por sus buenas gentes. Y esto
es lo que merece realmente el paseo y detenerse ahí abajo, antes de
entrar en la villa que repobló Alfonso III, para contemplar la
estampa del puente y el hito del castillo medieval que tanto servicio
hizo al reino y tan quebrado anda en los tiempos de las autonomías y
de la reivindicación de identidades.
Una
sola mirada basta para saber lo que la investigación corrobora: que
Cea ocupa un lugar estratégico en lo geográfico y fundamental en lo
histórico. Una tierra noble sembrada de gentes sencillas y también
de mucho coraje.
La
primera vez que oí hablar de Cea, siendo una cría, fue a un
matrimonio de Armunia oriundo de este pueblo. Cea era para mí un
nombre nuevo y un lugar que se me antojaba no ya lejano, sino remoto.
Había contemplado las aguas que acarician el promontorio sobre el
que se asienta mucho más abajo, en Valderas, pero el mapa de la
provincia no estaba en mi cabeza como lo tengo ahora.
Daniel
y Esperanza regentaban el bar Llamas, en una casa de nueva planta que
era de las más modernas de esa pedanía de León en la que me crié
siendo también una niña emigrante del sur de León, aunque en mi
caso de la margen izquierda del Esla. En el Renault 4, el popular
cuatro latas, íbamos cada día al colegio de la calle Corredera. Ya
ven, indirectamente, algo más le tengo que agradecer a Cea.
Eran
tiempos en que la gente se alejaba (nos alejaban) de los pueblos a
las ciudades. Había que mantener en funcionamiento el motor de la
industrialización. Y se necesitaban brazos en todas partes.
Tanto
nos alejamos que, poco a poco, muchas aldeas quedaron casi vacías.
Tanto nos alejamos que, poco a poco, perdimos la memoria de nuestras
raíces para luego volver a buscarlas.
El
declive demográfico que se vive en la provincia y en la Comunidad
Autónoma no es ajeno a casi ningún enclave ya sea rural o urbano,
con excepción del alfoz de León y contadas cabeceras de comarca
como Valencia de Don Juan.
Veo
que Cea mantiene un censo de 160 habitantes en el pueblo y casi 450
en el municipio, con los pueblos hermanos de Bustillo de Cea,
Saelices del Río y San Pedro de Valderaduey. El golpe demográfico
de las dos últimas décadas se ha dejado sentir: un 40% menos de
habitantes es una cifra importante.
En
la época del marqués de la Ensenada, en el siglo XVIII, moraban
aquí 64 vecinos, 6 viudas, 6 habitantes y 1 tablajero (no sé si
sería jugador o carnicero), según lo recogido en el catastro.
Seguramente más gente que ahora pues cada vecino era el
representante o cabeza de familia y las familias eran grandes.
Pero
no nos vamos a lamentar por lo perdido. Por lo que ya no tiene
remedio. Hay que mirar hacia adelante, eso sí, mirando bien por el
espejo retrovisor que es el pasado.
La
primera vez que me acerqué a Cea, tan cerca de Sahagún, fue para
ver cómo unos jóvenes albañiles, especialistas en arquitectura del
barro, restauraban uno de sus palomares de adobe y tapial. Vine de la
mano de doña Concha Casado, la célebre etnógrafa leonesa que nos
dejó el año pasado después de una larga y productiva vida en favor
del patrimonio más chico de la provincia.
No
sé quién era el dueño o dueña del palomar, pero le felicito.
Espero que siga en pie. El amor hacia la tierra, nuestras raíces,
nuestra cultura y nuestros antepasados y antepasadas se demuestra con
actos concretos, a veces tan pequeños que nadie repara en ellos.
Pero no importa. Hay que hacerlo.
Espero
que no sea Cea uno de los ayuntamientos que cobran IBI a los
palomares, una medida recaudatoria que está arruinando a muchas de
estas emblemáticas construcciones que adornan nuestros campos como
un recuerdo de lo que las casas de palomas supusieron para las
economías de los pueblos.
Y
si así fuera os pido que lo suprimáis. No olvidemos aquel famoso
impuesto que puso la Diputación a los tejados de paja. Logró que en
esta provincia apenas queden edificios teitados que se miman en otros
países europeos.
No
merece la pena recaudar unos pingües ingresos para destruir las
joyas del patrimonio popular. Ahora que la Diputación convoca ayudas
para recuperar los palomares tratad de aprovecharlas en vuestro bien
y por el bien común.
Porque
también se trata de arrimar el hombro. De aportar algo a la
comunidad. De dejar una huella limpia y digna sin necesidad de pasar
a la historia como esos reyes afamados por encerrar en los castillos
a sus enemigos, aunque fueran sus hermanos.
El
sentido de comunidad forma parte de la fiesta, porque la fiesta es la
máxima expresión de una comunidad, de un pueblo. Es la celebración
de lo que se siente y se vive en común, como el culto a las
tradiciones y la necesidad de compartir la alegría. Ese espíritu
gregario que nos mueve y es común a los seres humanos en todas
partes.
La
Virgen del Carmen, advocación marinera por antonomasia, también se
celebra en tierras adentro como este pueblo de Cea. A ella, nuestra
señora del Carmen de Cea, le rendís simbólico tributo estos días.
Como si fuera la madre tierra.
No
voy a pedirle nada. De momento. Os lo voy a pedir a vosotras y a
vosotros. Sed reivindicativos con vuestro pueblo, haced lo que esté
a vuestro alcance.
Pero
a quien más hay que exigir es a las administraciones públicas y a
quienes están al frente. Sobre todo para ciertas cosas... Como
vuestro señero castillo.
Cuenta
la Historia que esta fortaleza cumplió una función capital en la
unión de los reinos de León y Castilla, aunque los restos que se
conservan son del siglo XV, levantados, al parecer, sobre la
primitiva atalaya destruida en el siglo XII.
Y
se me ocurre que no hay mejor excusa para exigir a la Junta de
Castilla y León su reparación (más allá de las obras de urgencia)
y puesta en valor, más allá de la urgencia de la ruina, que este
emblemático significado, aunque el castillo lo merece por derecho
propio pues forma parte de nuestro Patrimonio Nacional y de vuestras
raíces más genuinas.
El
castillo es el monumento de Cea y parte del patrimonio colectivo. Un
hito en la ruta a Santo Toribio de Liébana que une Potes con
Sahagún. El Camino Lebaniego es Patrimonio de la Humanidad al igual
que el Camino de Santiago que pasa por Sahagún. Cea está en la
línea del primero y a muy pocos pasos de la ruta jacobea que
atraviesa Sahagún. Que lo que no logró Pedro I, que mandó
derribarlo en 1354, no lo logren la indolencia ciudadana y el
abandono institucional.
Sacar
partido a esta posición estratégica forma parte del futuro. Y para
ello hay que tener cosas que ofrecer a los caminantes y a los
turistas que cada vez más buscan lugares y sobre todo experiencias
auténticas. Muy pocos pueblos han logrado convertir el antiguo silo
en sala de exposiciones. Cea tuvo ese privilegio por contar con un
hijo del pueblo al frente de Caja España, aunque no haya salido muy
bien parado.
Ese
silo que en un tiempo el almacén de la inmensa riqueza de vuestra
tierra debe ser ahora propagador de la cultura y la creatividad. Un
hito en el camino y sobre todo en esta temporada estival que atrae al
pueblo, a la comarca y a la provincia entera a gentes que un día se
fueron y ahora añoran su tierra, la patria chica.
Dad
toda la vida que podáis a ese espacio cultural tan genuino, de la
misma manera que arregláis el cuartel de la Guardia Civil para las
actividades de ocio y cultura comunitarios.
No
quiero caer en la tentación de esos veraneantes que llegan al pueblo
y lo quieren arreglar en dos meses desde la atalaya de la ciudad en
la que viven durante el resto del año. Aunque quizás ya he caído.
Así
que antes de terminar voy a aprovechar para recordar a las mujeres de
Cea en esta fiesta mariana y de raíz femenina.
Voy
a recordar a una reina, Urraca, que cuentan que veraneaba por estos
pagos. A Maria de Padilla, que anduvo enamorada por estas tierras.
Y
sin ir más lejos de aquí es nacida la atleta Margarita Ramos, que
figura entre las primeras leonesas que participaron en unas
olimpiadas en 1992.
Conozco
a otras mujeres de aquí que no tienen fama, pero son campeonas de la
olimpiada de cada día. Las hay que labran la tierra, otras cuidan a
las personas mayores, se ganan la vida en un supermercardo o en la
gasolinera cercana. Y las hay también que enseñan música, por no
hablar de todas las que os han criado y aún os cuidan.
También
brindo un reconocimiento especial a todas las personas jubiladas que
colaboran en esa tarea comunitaria de hacer familia y pueblo. Dice un
proverbio africano que para educar a un niño, a una niña, hace
falta toda la tribu... Cuidemos a los pueblos como niños y niñas
del futuro. Entre todas y todos. Nos va el planeta en ello.
Los
pueblos tienen que emerger del olvido sin complejos. Son los vigías
del territorio y de nuestra soberanía alimentaria. Sin pueblos y sin
gente en los pueblos habremos perdido nuestra capacidad para actuar
sobre el planeta y cuidarlo. Las ciudades son espejismos del
progreso.
Como
bien dijo el ilustre médico y escritor portugués, Miguel Torga: Lo
local es lo universal sin fronteras. Pensemos globalmente y actuemos
localmente.
Quemad
mañana en la hoguera todas las penas y que la Virgen del Carmen os
bendiga, como dice la canción, con salud, amor y, si es posible, un
poco de dinero...
Cea,
Sena, Sea, Zeija...
¡¡Felices fiestas del Carmen!!
Foto: ACACIO DIAZ
Marta Merino, presidenta de la Junta Vecinal de Cea, Ana Gaitero y el alcalde de Cea, Luis Mario Portugués.
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lunes, 15 de mayo de 2017
POESÍA EN LATA
Poesía en lata.
Para la viajera, para la merienda y para el emigrante.
Poesía que da la lata
Latina...
De sardinas.
Poesía enlatada que mató el hambre de la guerra y la posguerra.
Poesía y versos en lata
Burlando la fresca censura fresca
Hierro y fósforo cosidos con rimas
Manjar de gatos y de miga de pan.
Manjar de versos enlatados
Y apretados cual sardinas en lata.
Amantes versos en lata.
Húmedas rimas que se oxidan en la memoria de las cunetas.
Para la viajera, para la merienda y para el emigrante.
Poesía que da la lata
Latina...
De sardinas.
Poesía enlatada que mató el hambre de la guerra y la posguerra.
Poesía y versos en lata
Burlando la fresca censura fresca
Hierro y fósforo cosidos con rimas
Manjar de gatos y de miga de pan.
Manjar de versos enlatados
Y apretados cual sardinas en lata.
Amantes versos en lata.
Húmedas rimas que se oxidan en la memoria de las cunetas.
martes, 25 de abril de 2017
PRIMAVERA
Vamos a mirar hacia delante
Sin huir del presente
Ni de nuestra propia sintonía
Vamos a cantar en el campo dorado
De la plenitud de la vida
Y a sembrar semillas
Que algún día serán claveles rojos y lirios morados, amarillos capilotes de la montaña
Vamos a acariciar la utopía
Mientras ensanchamos los surcos con el arado del sueño irrenunciable
Vamos a pintar la primavera y a dibujar la lluvia
Con la conciencia lúcida de la justicia
Con la brújula del amor.
Sin huir del presente
Ni de nuestra propia sintonía
Vamos a cantar en el campo dorado
De la plenitud de la vida
Y a sembrar semillas
Que algún día serán claveles rojos y lirios morados, amarillos capilotes de la montaña
Vamos a acariciar la utopía
Mientras ensanchamos los surcos con el arado del sueño irrenunciable
Vamos a pintar la primavera y a dibujar la lluvia
Con la conciencia lúcida de la justicia
Con la brújula del amor.
Ana Gaitero Alonso
25 de abril de 2017
25 de abril de 2017
viernes, 27 de enero de 2017
Arde el invierno
Arde el invierno entre los chopos
En la hoguera del atardecer
Y allá va el río errante
Con sus pies de agua
Y la voz ahogada entre los cantos
Va sin prisa, por el lecho millones de años pisado
Murmura secretos a los puentes
Da noticias a los pájaros
Y abraza a los peces dormidos
Agua y fuego,
Aire y tierra
Amasan la vida en el frío invierno
Arde el invierno.
Y allá va el río a apagar el fuego, con brazos de hielo.
Y allá va el río a apagar el fuego, con brazos de hielo.
lunes, 16 de enero de 2017
Ritual de Luna
Al menos sé que tu corazón late
En el reverso de un recuerdo
Y en la pupila de la estrella que nos mira al atardecer
Palpita la fantasía de tu sombra
En esos instantes que anuncian la noche
Y el ritual de las ausencias
Se representa sobre la luna llena
Con las palabras nunca pronunciadas
y los besos que aún me faltan por derramar sobre ti
Olvido
Quiero subirme a la Luna
Y morder un pedazo
Para sentir el frío en lugar de tu ausencia
Quiero columpiarme de una estrella y sacarle brillo con mi brazo extendido
Para que ilumine tu noche
Y camines sin miedo a la región del silencio
Quiero enredarme en los hilos de plata del invierno
Y que se hielen las lágrimas sobre la hierba
Quiero olvidar el olor del rocío
Y morder un pedazo
Para sentir el frío en lugar de tu ausencia
Quiero columpiarme de una estrella y sacarle brillo con mi brazo extendido
Para que ilumine tu noche
Y camines sin miedo a la región del silencio
Quiero enredarme en los hilos de plata del invierno
Y que se hielen las lágrimas sobre la hierba
Quiero olvidar el olor del rocío
viernes, 13 de enero de 2017
Plaza del Grano
Plaza del Grano ( León. España)
Dónde las piedras hablan y el cielo se mira en una fuente
Donde el azul se abraza a las ramas de los gigantes
Y las raíces de los chopos se hunden en el Medievo
Donde el tiempo no existe ni hace falta que sea inventado
Plaza casi redonda, casi perfecta.
Donde se duerme el trigo de los siglos
El pan de la belleza
Los granos, el aliento ciudadano
Donde el soplo del aire fresco resuena con los pasos del peregrinaje
Plaza del Grano
Lugar de sosiego, sombra del amor y remanso de los besos entre Torío y Bernesga
Entre tú y yo
Eco de las chanzas y las danzas
Murmullo de cortejo y negocio
Suburbio de la carne robada a las mujeres
Castigo de los pies embutidos en tacones
Solemne paseo, sagrados juegos de la infancia
Plaza de los recuerdos
De la Tierra y el olor a hachís
Tintineo de cristales que invocan mil deseos
Paño de lágrimas de corazones heridos
Pasos y reposo
Lienzo de todas las miradas
Inspiradora de versos y relatos, de trazos y retratos
Plaza, nuestra plaza
Nuestros cantos
Hechos canto ciudadano
Y canción de acción
Al fin, unos cantos agitan nuestras conciencias.
En lugar de recoger sólo charcos.
Dónde las piedras hablan y el cielo se mira en una fuente
Donde el azul se abraza a las ramas de los gigantes
Y las raíces de los chopos se hunden en el Medievo
Donde el tiempo no existe ni hace falta que sea inventado
Plaza casi redonda, casi perfecta.
Donde se duerme el trigo de los siglos
El pan de la belleza
Los granos, el aliento ciudadano
Donde el soplo del aire fresco resuena con los pasos del peregrinaje
Plaza del Grano
Lugar de sosiego, sombra del amor y remanso de los besos entre Torío y Bernesga
Entre tú y yo
Eco de las chanzas y las danzas
Murmullo de cortejo y negocio
Suburbio de la carne robada a las mujeres
Castigo de los pies embutidos en tacones
Solemne paseo, sagrados juegos de la infancia
Plaza de los recuerdos
De la Tierra y el olor a hachís
Tintineo de cristales que invocan mil deseos
Paño de lágrimas de corazones heridos
Pasos y reposo
Lienzo de todas las miradas
Inspiradora de versos y relatos, de trazos y retratos
Plaza, nuestra plaza
Nuestros cantos
Hechos canto ciudadano
Y canción de acción
Al fin, unos cantos agitan nuestras conciencias.
En lugar de recoger sólo charcos.
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