martes, 26 de septiembre de 2017

Ajuste de cuentas entre España y Cataluña



Hay cuentas que no se pueden hacer con números. ¿Cómo restar las lágrimas y el sudor con el que han crecido unos territorios y menguado, cuando no han quedado anegados, yermos o vacíos, otros muchos? ¿Cómo sumar el amor y los sueños de tantas generaciones desahuciadas que nos han legado su dignidad? ¿Cómo multiplicar la solidaridad, la empatía y la comprensión y no dividirnos más? 

El 1-O es un partido amañado por Puigdemont y Rajoy: se están cargando la democracia o lo que quedaba de esta democracia. En el escenario del 2-O pierde de nuevo, otra vez, la ciudadanía, en España y en Catalunya. El uso de la fuerza es un mal camino. 

Los errores del Govern no justifican que el Estado se pase de la delgada raya de la legalidad. El choque de trenes que tanto ansían P. y R. tendrá daños colaterales muy graves en los derechos y libertades. Urge una solución política, que Rajoy no va a facilitar. 

Nos asombramos de que la extrema derecha entre el parlamento alemán mientras nos parece normal que el problema de Cataluña se ponga en manos de la Guardia Civil. O nos alegramos de que unos políticos, erráticos, sean detenidos. No en mi nombre. Los conflictos se resuelven con mesas de negociación, no echando leña al fuego. Ya bastantes bosques tenemos quemados.



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