domingo, 4 de septiembre de 2016

Último domingo de agosto

Busqué a mi madre al atardecer del último domingo de agosto
Por un sendero seco
Donde ya no estaban los árboles frutales
Ni el abuelo gritando a los chiquillos
Donde sólo queda un hilo de agua en el reguero
Y la memoria de los muertos se mezcla con ese soniquete
Los ecos de las voces femeninas
Lavando sus delicadas prendas y tendiéndolas, blancas, sobre la hierba.
Donde los juncos esperan la llegada de un día de viento
Para bailar y besarse
Como una pareja recién casada
Allí donde el tiempo deshace los adobes para devolver su polvo a la tierra
Y deshacer el ciclo
Donde la frontera entre la vida y la muerte no es una invención absurda
Como todas las demás fronteras

6 comentarios:

  1. Te sigo. Mil gracias por el reportaje de hoy en el Diario de León sobre dedicado a "las chicas de la Saphil", ya que tengo el honor de ser una de ellas. Saludos.

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    1. GRacias, Mara. Me encantó hacer el trabajo, la historia me atrapó desde el principio. Espero que este año, en verano, se hable más de la Saphil. Un cordial saludo.

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  2. Qué placer leerte, ! cómo eres capaz de expresar sentimientos a través de la palabra escrita.Que perfección cuando dices de la pasión y del amor hablando de los"juncos....", gracias.

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  3. Qué placer leerte, ! cómo eres capaz de expresar sentimientos a través de la palabra escrita.Que perfección cuando dices de la pasión y del amor hablando de los"juncos....", gracias.

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    1. Gracias, Gerardo. Ahora veo el comentario. Enredada en tantas labores se me había pasado por alto, este y otros muchos. Un abrazo.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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