domingo, 27 de mayo de 2012

Eutanasia al carbón


Por Ana Gaitero

Hace una friolera de años me colé ingenuamente en una reunión de empresarios mineros con el director general de Minas en el Hotel Palace en Madrid. Mi condición femenina me delató a los pocos minutos. El entonces subdirector general de Carbones, Juan Antonio Martín, me invitó amablemente a esperar en el pasillo.
Al finalizar la reunión, Mario Moliner, entonces presidente de Apema, me entregó el documento con el que el Ministerio de Industria inició el proceso de reconversión del carbón en España. Para las cuencas mineras de León fue el principio de una lenta agonía con la que el PP quiere acabar aplicando una eutanasia por asfixia rápida. Sin tregua. Un ministro canario es el testaferro de Rajoy en el estrangulamiento del carbón.
Los sucesivos gobiernos, del PSOE y del PP, han ido poniendo la puntilla a una política que viene impuesta por la Comisión Europea y cuyo resultado es que mientras la producción de carbón y el consumo aumentan en el mundo, en España disminuye. La falta de soberanía de los gobiernos, como dijo Cayo Lara, mengua la democracia y condiciona la economía.
La combustión limpia se presenta como la única alternativa a los efectos medioambientales del carbón, pero para cuando llegue no quedarán minas en León y será muy difícil volver a poner en explotación los pozos cerrados.
Cómplices
Todo hay que decirlo. El empresariado minero leonés ha sido cómplice del fin de la estirpe del carbón. No olvidemos la alegría con que han recogido subvenciones mientras aumentaba el tráfico de carbones del puerto de Gijón a las térmicas de León. Y ha costado muy caro a todo el país. Como han sido cómplices las administraciones local y autonómica que han utilizado los fondos mineros para maquillar sus inversiones en infraestructuras sin poner un euro propio.
Andando el tiempo, Juan Antonio Martín se convirtió en la mano derecha del grupo Victorino Alonso, aquel empresario que poco antes de hacerse cargo de la Minero Siderúrgica de Ponferrada declaró en un juzgado de León que su único patrimonio era una moto que le había regalado su padre. Cosas de la vida, supongo, que ahora sea uno de los magnates de la minería en León, junto a los del Valle de toda la vida y a Manuel Lamelas Viloria.
Camaradas
Dicen los mineros que le conocen del tajo que Victorino Alonso es un trabajador infatigable. Que se mancha los pantalones y se mete horas y horas en la mina con un bocadillo, cosa que no aguantan muchos ingenieros. No lo dudo. Yo creo que también es muy hábil para utilizar a los trabajadores. A los tiempos de la moto suena lo de camarada Victorino.
La cuestión es cómo va a digerir el PP leonés la tragedia minera si Soria llega a consumar el ahogamiento de las minas de carbón, antes incluso del plazo puesto por Europa (2018) para acabar con las ayudas a las minería energética. Este gobierno está empeñado en demostrar a Merkel o a quien sea que hace los deberes y lo siguiente. Que es más merkelista que los banqueros alemanes.
Más allá del PP
La postura más coherente es la que ha anunciado el alcalde de La Pola de Gordón. Abandonar el PP. Claro que el PP oficial de León, el de Isabel Carrasco, hace tiempo que le ha abnadonado a él y a todos los que han osado plantar cara a la presidenta. Paco Castañón tiene a su favor que es un alcalde que ha sabido estar al lado de la gente de su municipio y tiene un capital político propio. Más allá del PP hay vida política, habrá pensado.

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